En este mes de mayo, queremos destacar a la escritora británica en nuestra sección de Históricas. “No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente” (Virginia Woolf).

Ilustración por Fundación Antonia.

Adeline Virginia Woolf (1882 – 1941) fue una escritora británica, autora de novelas, ensayos y otros textos literarios, a quien se le considera una de las más destacadas figuras del vanguardista modernismo anglosajón del siglo XX, precursora del feminismo internacional.

Sus obras han sido leídas por todo el mundo y se han traducido a más de cincuenta idiomas.

Sin embargo, la vida no fue fácil para la escritora. Cuando tenía sólo 13 años, su madre falleció abruptamente producto de una fiebre reumática (1895). Dos años después, murió su hermana Stella y en 1905, fue el turno de su padre, quien padecía cáncer.

Estas pérdidas calaron profundo en ella, por lo que terminaron afectándola de tal manera, que empezó a sufrir estados anímicos depresivos crónicos que la acompañaron toda su vida.

Necesito silencio, estar sola y salir, y buscar una hora para considerar lo que le ha sucedido a mi mundo, lo que la muerte ha hecho en mi mundo

Virginia Woolf
La escritora británica, precursora del feminismo.

EL GRUPO BLOOMSBURY

Después de quedar huérfanos, Virginia y sus hermanos Vanessa y Adrián se mudaron al barrio londinense Bloomsbury. Allí fue donde conformaron el grupo de “Bloomsbury”, el que reunía a jóvenes intelectuales de la sociedad inglesa que buscaban alcanzar conocimiento y cuestionar los valores de la clase burguesa y conservadora de la que provenían.

La escritora participaba activamente de estos encuentros y fue ahí donde conoció al economista Leonard Woolf, quien se convertiría en su esposo en 1912.

En paralelo, fue convirtiéndose en una figura significativa en la sociedad literaria de Londres.

En las cartas que se escribió con los intelectuales del círculo se ha encontrado gran evidencia de la manera en la que percibía la vida y opinaba sobre la misma.

“UNA HABITACIÓN PROPIA”

Las obras más famosas de la escritora, incluyen las novelas como “La señora Dalloway” (1925), “Al faro” (1927), “Orlando: una biografía” (1928), “Las olas” (1931), y su breve ensayo “Una habitación propia” (1929).

Fue este último uno de los textos más citados durante el movimiento feminista de la década de los 70, gracias a la frase: “Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción” .

Con este ensayo, donde expone las dificultades del género femenino y la independencia necesaria (ya sea artística, económica, etc.) para que las mujeres puedan expresarse, se convirtió en inspiración para las mujeres de la época, logrando poner el foco en ellas, cuando el hombre era el héroe de todos los días en ese periodo.

“Durante todos estos siglos, las mujeres han servido de espejos dotados del mágico y delicioso poder de reflejar la figura del hombre al doble de su tamaño.”

Virigina Woolf. Su ensayo, “Una habitación propia”

LEGADO LITERARIO

Virginia fue una de las primeras escritoras en darle espacio a las emociones en tiempos de frialdad y hostilidad (Periodo entre guerras). En sus obras, ella habla del feminismo, la injusticia política, sexual e intelectual que vivían las mujeres a diario en la época, además de temáticas como la salud mental y la sexualidad, que también eran muy poco habladas en ese entonces.

A través del monólogo de sus personajes, generaba una reflexión en sus lectores.

Otro de sus motores importantes, fue luchar contra el estereotipo de la mujer, a quien ella calificaba como una persona “independiente”, “inteligente” e “importante para la sociedad con todas las opiniones que puede aportar”.

Un discurso que realizó para la sociedad de mujeres en busca de empleo “The Woman’s Service League”, en 1942, quedó grabado en la historia, donde habló de la dificultad como mujer, de enfrentar al fantasma de “la mujer perfecta” o al “ángel de la casa”: “Esa mujer que siempre muestra una sonrisa, cocina, borda, canta y que si contaba con todas estas características y nada más, se convertía en la mujer ideal”.

LA MUERTE DE VIRGINIA

Cuando la Segunda Guerra Mundial estaba en su auge, Virginia Woolf vivía uno de los episodios depresivos más intensos en 1941, a lo que se sumaba su trastorno bipolar que fue diagnosticado cuando era muy joven.

Así, tras terminar con su última novela, se suicidó ahogándose en el río Ouse a la edad de 59 años.

Hoy, no existen dudas que su legado continúa vigente a través de su literatura.

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