En este mes de junio, queremos destacar a la madre del feminismo en Chile en nuestra sección de Históricas. “Mis estudios de derecho me convencieron de la inferioridad legal de la mujer. La necesidad de poner fin a esta discriminación me convirtió en feminista.” (Elena Caffarena).
Elena Mafalda Zunilda Caffarena Morice (1903- 2003) fue una abogada y jurista que luchó por la emancipación de la mujer en Chile y los derechos de género. Tuvo un rol relevante a la hora de conseguir el derecho a voto femenino, convirtiéndose en uno de los personajes más importantes del siglo XX en la materia.
Hija de inmigrantes italianos, pasó su niñez en la ciudad de Iquique, hasta que se mudó junto a su familia a Santiago. En Recoleta, armaron un pequeño taller para la elaboración de calcetines y medias, donde ella participó activamente mientras estudiaba en el Liceo Nº 4 de Santiago. Más tarde, su padre sería el fundador de la empresa textil Caffarena.
La vida de Elena estuvo enfocada en la defensa de los oprimidos, visibilizar a los excluidos, y exigir derechos para las mujeres y obreros.
UNA DE LAS PRIMERAS ABOGADAS EN CHILE
Elena ingresó a la Escuela de Leyes de la Universidad de Chile, involucrándose de inmediato en los talleres voluntarios para la educación de obreras y obreros. Allí conoció a Luis Emilio Recabarren, quien motivó aún más su interés por la igualdad de los derechos de los menos favorecidos.
Destacó también como líder estudiantil al vincularse a la Federación de Estudiantes en 1922 cuando recién iniciaban los años 20 y fue voluntaria en la Oficina de Defensa Jurídica Gratuita.
Fue la decimoquinta mujer en obtener el título de Abogada en Chile en 1926, desarrollando una brillante carrera jurídica-intelectual que quedó plasmada en la legalidad del país.
En 1929, volvió a Chile tras un largo viaje a Europa, y contrajo matrimonio con su amigo y abogado del PC, Jorge Jiles, con quien tuvo tres hijos.
MADRE DEL FEMINISMO
Su activa participación por el feminismo en nuestro país quedó plasmada en la historia. En 1931, la abogada participó en la formación de la “Asociación de Mujeres Universitarias”, donde fue delegada ante la “Federación de Instituciones Femeninas” (FECHIF), agrupación clave para la obtención del voto electoral femenino.
Asimismo, formó el “Movimiento pro emancipación de las mujeres de Chile” (MEMCH) junto a mujeres de todos los estratos socio-económicos. Durante veinte años se abocó a la organización de mujeres en pro de su “emancipación económica, biológica y política”.
Uno de los hechos más polémicos que vivieron como agrupación, fue cuando la empresa Caffarena, declarara que los embarazos no deseados constituían una tragedia social. Los sectores conservadores y la prensa, las tacharon como “destructoras de la familia y comunistas”.
En su Carrera, destaca la publicación de su libro “Capacidad de la mujer casada con relación a sus bienes”, texto que incluía ideas revolucionarias para la época. Allí ella indica que en el matrimonio, es vital y obligatorio que exista el amor.
LUCHA POR EL VOTO FEMENINO
Cuando Pedro Aguirre Cerda llegó a la presidencia (1938), Elena Caffarena y Flor Heredia, redactaron el proyecto de ley que les permitiría a las mujeres votar en todas las elecciones, pues ya en 1935 se había logrado el voto limitado a las elecciones municipales. Sin embargo, con la muerte prematura del Presidente, el estatuto legal de la mujer permaneció intacto.
Sólo en 1949, el Presidente radical Gabriel González Videla, aceptó firmar el decreto que le otorgó pleno derecho a voto a la mujer. Y aunque la gestión y el trabajo de Elena fueron cruciales, no fue invitada a la ceremonia en que se promulgó tal ley en el Teatro Municipal.
Esto debido a que sólo unos días después, se le aplicó la Ley de Defensa Permanente de la Democracia, llamada “Ley Maldita”, que quitaba sus derechos y perseguía a las personas afiliadas al Partido Comunista. Elena nunca fue militante, pero sí su marido, dirigente del PC.
CIEN AÑOS SIN RECONOCIMIENTO
Elena fue una mujer que durante su longeva vida luchó con éxito por la defensa de los derechos humanos que estaban siendo sistemáticamente quebrantados. A pesar de sus logros, murió sin que se le rindiera ningún homenaje.
Durante los años ochenta, Seminario 244, el domicilio de la casa de Elena, se transformó en un lugar de encuentro y debate para las feministas.
Elena Caffarena falleció el 19 de julio de 2003 a la edad de 100 años. Su cuerpo fue llevado al Cementerio General donde fue cremado.